El carril bici de La Magdalena a Piquío suprimirá 90 plazas de aparcamiento

Las obras del tramo entre la Avenida de los Castros y Las Llamas serán adjudicadas esta semana y comenzarán antes de que finalice enero.


La capital cántabra tendrá 17 kilómetros de carril bici para el próximo otoño.

El Sardinero acogerá un nuevo carril bici que unirá La Magdalena con Piquío. Partirá de la calle Horadada (entrada de la playa de La Magdalena), continuará por la Avenida de La Magdalena, Avenida de Reina Vitoria, Avenida de Fernández Castañeda y concluirá en los Jardines de Piquío, donde se encontrará con el que conectará la Avenida de los Castros con el parque de Las Llamas.

En total serán 1,3 kilómetros de longitud de carril bici bidireccional, con una anchura de dos metros, que provocará la desaparición de unas noventa plazas de aparcamiento, según explicó ayer la concejala de Movilidad Sostenible, María José González.

Para empezar, la calle Horadada será peatonal, salvo para los residentes y los servicios del Balneario de La Magdalena. También se suprimirán los aparcamientos de las avenidas de La Magdalena, Reina Vitoria y Fernández (frente a la antigua cafetería Rhin, ahora Río), hasta llegar a Piquío.

González indicó que lo que se pretende con esta medida es contribuir a la creación de un «modelo de transporte sostenible», que contribuya a «mejorar la calidad de vida y del medio ambiente». Por lo que tanto foráneos como visitantes deberán optar por el transporte público, la bicicleta o el aparcamiento de la playa del Camello de cara a la temporada de verano, ya que aparcar el vehículo privado se puede convertir en toda una odisea.

El plan de carriles bici del Ayuntamiento va así tomando forma. Mientras el de La Magdalena-Piquío, cuyo presupuesto es de 954.000 euros y su plazo de ejecución es de seis meses, podría estar en obras para marzo, según la concejala, el de la Avenida de los Castros-Las Llamas lo estará antes de que finalice este mes de enero.

Según González, esta semana se adjudicarán las obras de este último carril. Unirá el parque de Las Llamas con el de Mesones, continuará por Piquío y llegará hasta la Avenida de los Castros. A la altura de la Bajada de Polio se conectará con el puente de Arenas, que enlazará con el carril de la S-20.

De esta forma, y una vez concluidos ambos trazados, Santander contará con cerca de 17 kilómetros de vías para el uso exclusivo de las bicicletas de cara al próximo otoño.

González apuntó que el carril bici La Magdalena-Piquío «estará integrado en el espacio peatonal, pero sin interferir con los viandantes ni los vehículos, garantizando un tráfico seguro».

Características

Agregó que se han seguido una serie de pautas a la hora de definir el trazado: respeto al peatón, viabilidad, seguridad del ciclista, peatón y vehículos, mínimo impacto ambiental y mínimas afecciones a los servicios.

Discurrirá a igual nivel que las aceras, pero no invadirá éstas a no ser que sea absolutamente necesario, como el tener que sortear las paradas de autobús o un paso de peatones con semáforo (en cuyos casos se bordeará por detrás) o en las aceras demasiado estrechas.

Todo el trazado adyacente a la acera estará separado de la calzada por baldosas. González también indicó que habrá nueva señalización, «importante para la seguridad», tanto vertical como horizontal.

La responsable de la Concejalía de Movilidad Sostenible recordó que el objetivo es crear un red de carriles bici que sea, además de segura, «coherente, directa, que una puntos de la ciudad» y que resulte «atractiva, útil y cómoda», pero que «no interfiera con el peatón».

Resaltó la necesidad de establecer una relación entre el uso del carril bici y la actividad diaria de los ciudadanos, así como conectar distintos puntos de atracción de tráfico, como los parques, la zona de la Universidad o las playas, a través de estos trazados.